Nada tengo /
y (sin orgullo ni pena) /
Nadie soy /
Me sostengo con este / puñado de palabras /
secas y gastadas: /
“Sueño, abrazo, /
pluma, piedra, /
papel, tijera...” /
; monedas que acaricio /
una
y
otra
vez /
en los bolsillos del recuerdo /
hasta agotarles /
la herrumbre del sentido /
; las atesoro en mi boca /
y les gasto el filo
en
silencio /
(devaluando su amargo sabor)
en espera del barquero /
que viene
de otra “horilla”, /
a sabiendas
que no aceptará ningún pago.
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